La Guerra Hispano-Estadounidense se desató entre España y los Estados Unidos de América en 1898, durante la infancia del rey Alfonso XIII, siendo presidente del gobierno español Práxedes Mateo Sagasta y presidente de Estados Unidos, William McKinley. Este conflicto es generalmente denominado en España el desastre del 98, o Guerra de Cuba. Sus principales resultados fueron la independencia de Cuba y la pérdida, por parte de España, del resto de sus colonias en América y Asia (Puerto Rico, Filipinas y Guam), cedidas a Estados Unidos.
Con la excusa de asegurar los intereses de los residentes estadounidenses en la isla, el gobierno estadounidense envió a La Habana el acorazado de segunda clase Maine. El viaje era más bien una maniobra intimidatoria y de provocación hacia España, que se mantenía firme en el rechazo de la propuesta de compra realizada por los Estados Unidos sobre Cuba y Puerto Rico. El 25 de enero de 1898, el Maine hacía su entrada en La Habana sin haber avisado previamente de su llegada, lo que era contrario a las prácticas diplomáticas tanto de la época como actuales. El ejército libertador cubano estaba a punto de derrotar a España y conseguir la independencia de su país, pero inesperadamente, el acorazado norteamericano Maine explota por los aires. Mueren 268 marinos. Rápidamente y sin pruebas, Estados Unidos acusó a España del sabotaje, con lo que el ejército yanqui ya tenía una excusa para intervenir en el conflicto.
Cuando tengas un disgusto, ya sabes. Más se perdió en Cuba.
El blog del día: Cuba Juan
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